Un bebé siempre es motivo de felicidad, pero en ocasiones no saber cómo calmar sus lloros o cuál puede ser el motivo de su llanto nos genera una gran angustia y tensión por lo que, saber cuáles pueden ser los motivos de ese malestar continuado, y establecer pautas para mejorar su estado físico y emocional, es un aspecto primordial para disfrutar de esos primeros meses de acompañamiento de tu bebé.
Qué son los los cólicos de lactante
La angustia llega cuando, sin motivo aparente, nuestro bebé no deja de llorar, y por más que busquemos la causa y hagamos para calmarlo, esta situación continúa durante horas y se prolonga a lo largo de los días y las semanas.
Esto afecta al descanso tanto del bebé como de los padres, lo que causa más irritabilidad, desasosiego y pesar en toda la familia, por lo que hay que tratar de descubrir la causa que origina esos lloros cuanto antes, para poner el remedio adecuado.
Se denomina cólicos del lactante a ese llanto que, por lo general, afecta a los bebés entre las dos semanas y los 4 meses de edad, que se produce cercano a la tarde o noche, sin motivo aparente, y que no es causado (en apariencia) por hambre ni otras causas fisiológicas evidentes (cambio de pañal, por ejemplo), y que los padres no son capaces de calmar con cuidados ni apego.

Cómo saber si mi bebé tiene cólicos
La “regla de los 3” de Wessel establece que para asumir que se trata de cólicos del lactante (CL) debe ser un llanto excesivo y repentino, e irritabilidad, y que se cumplan 3 características: que dure más de tres horas al día, más de tres días a la semana y que se prolongue más allá de tres semanas.
Algunas de las características de estos llantos son:
- Inicio y fin repentinos, sin relación causal externa, comenzando generalmente por la tarde-noche, y acabando con el bebé exhausto de tanto llorar
- Llanto más intenso y con tono habitualmente más alto
- Piernas a menudo flexionadas hacia la zona abdominal, mostrando hipertonia o tensión muscular
- Puños cerrados, claro signo de tensión debido a alguna molestia, malestar o dolor.
- Desasosiego e intranquilidad por parte del bebé, que realizará movimientos continuados, evidenciando nerviosismo e incomodidad
- Estado sano, sin otras dolencias evidentes
- No muestra consuelo ante los cuidados de los padres
- No se calma con la alimentación o lactancia
- En ocasiones, va acompañado de pequeños vómitos o regurgitaciones
- A pesar de eso, el bebé no muestra pérdida de peso, y se observa un crecimiento normal
- Posible acumulación de gases en la zona abdominal
- Posible estreñimiento asociado
Porque se producen los cólicos del lactante
Aunque la ciencia aún se debate en el análisis y valoración de las posibles causas de estos episodios prolongados de llanto por parte del bebé, se han encontrado algunas posibles causas de los mismos, que pasamos enumerar a continuación:
- Inmadurez del sistema digestivo del bebé, lo que puede ocasionar digestiones más lentas, y que puede provocar también movimientos musculares del aparato digestivo fuera de lo habitual, lo que provoca la incomodidad prolongada en el lactante.
- Afectación del nevio vago, derivada de esa inmadurez del sistema digestivo, influyendo en la zona lumbar y sacra, afectando al movimiento del intestino grueso y el intestino delgado, así como a la boca del estómago y por tanto, al funcionamiento de la parte superior del sistema digestivo.
- Intolerancia transitoria a la lactosa, debido a una menor cantidad de lactasa (enzima digestiva encargada de la degradación de la lactasa en glucosa y galactosa), por lo que su ausencia impide la correcta digestión de la leche. Generalmente esta intolerancia no es grave, siendo bastante frecuente en bebés y durante los primeros años de vida, y se presenta a menudo tras una infección vírica o bacteriana, que al derivar en una gastroenteritis, daña las células de la pared del intestino, que es precisamente donde se encuentra la enzima lactasa, perdiendo la capacidad de asimilación de lactosa, aunque en muchos bebés, es una incapacidad temporal, volviendo a producir lactasa con el tiempo. Son síntomas típicos la diarrea, hinchazón y molestia abdominal (con más gases y molestias), irritaciones y enrojecimientos en el ano del bebé.
- Factores psicosociales pueden alterar también al bebé, como el tabaquismo dentro del núcleo familiar, entornos familiares no saludables que causen mayor nerviosismo y agitación constante en el bebé, los cuales pueden llegar a provocar hipersensibilidad ante estímulos externos o ante situaciones de dolor o incomodidad, aumentando el nivel de respuesta. El estado anímico calmado de los progenitores y del entorno cercano parece influir también en una mejora del estado anímico del bebé, acortando los periodos de “cólicos” mediante pautas concretas de actuación y respuesta calmada ante esos episodios incómodos.
Como aliviar los cólicos del lactante
Si identificas los síntomas que hemos descrito anteriormente, te detallamos algunas recomendaciones que se pueden seguir para contrarrestar estos estados de ansiedad y llanto del bebé, aliviando así los cólicos del lactante:
- Promover la lactancia materna, tratando de disminuir en la medida de lo posible la leche de fórmula
- En caso de no poder aplicar lactancia materna, dar al bebé leches de fórmulas lácteas basadas en proteínas muy hidrolizadas, fórmulas sin lactosa o basadas en proteína de soja
- Suministrar probióticos, siempre atendiendo a las recomendaciones del personal pediátrico.

Beneficios de la fisioterapia y osteopatía en el tratamiento del cólico.
Hay que entender que los cólico del lactante no es una enfermedad, sino una serie de signos. Por ello, la fisioterapia pediátrica ayuda mucho a disminuir desde la primera sesión todos estos síntomas.
Además de las recomendaciones que acabamos de mencionar, es recomendable acudir a un especialista en fisioterapia infantil y cólicos del lactante, el cual aplicará técnicas con los siguientes objetivos:
- Terapia fisioterapéutica para mejorar los movimientos y tránsito intestinal en el bebé.
- Técnicas para reducir el reflujo, con lo que se reducirán también las regurgitaciones y la incomodidad del bebé
- Masaje abdominal para la mejora de los gases del bebé así como una mejora del posible estreñimiento. Asimismo, el o la fisioterapeuta dará instrucciones a los progenitores o cuidadores para aplicar dichas técnicas diariamente desde casa.
- Masaje que promueva la relajación del bebé, mejorando su respuesta ante nuevos episodios de cólicos, y reduciendo así los episodios de nerviosismo y su duración.
Estos grandes beneficios para el bebé, también redundarán en un bienestar general para la madre y el padre, que disfrutarán de una forma más plena y calmada esas primeras semanas de la nueva vida que ha pasado a formar parte de la suya.
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