3 fases de la tendinopatía

¿Tendinopatía o tendinitis?

Las tendinopatías comúnmente conocidas como tendinitis son lesiones o alteraciones de uno o varios tendones. Abandonamos el término tendinitis porque se ha comprobado que no hay células inflamatorias en la zona. Ante una sobrecarga el tendón no se inflama. Se concluyó que es más un problema de la microcirculación del tendón. Incluso en los últimos estudios se ha visto que el nervio periférico puede estar implicado.

Los tendones son las estructuras que conectan los huesos con los músculos encargados de transmitir el movimiento generado por las contracciones de las masas musculares.  Son ricos en colágeno, variando su estructura en función de su localización.

No es lo mismo el tendón del cuádriceps que el tendón del flexor corto del pulgar. Los tendones de las manos deben controlar movimientos más finos y selectivos. Recubiertos de una doble vaina para mantenerse pegados a la superficie ósea durante el movimiento. Son tendones posicionales. Los tendones de miembros inferiores son tendones de almacenamiento. Son capaces de acumular cantidad de energía para cumplir su función de soportar grandes cargas.

Y por supuesto existen tendones que albergan ambas características. La pérdida de función de los tendones origina la tendinopatía. Existen tres estados patológicos de la tendinopatía.

Fases de la tendinopatía que produce una lesión

Fases de la tendinopatía

Tendinopatía reactiva

Es a causa de una carga aguda de comprensión o tensión: aumento repentino de la actividad o contusión directa. Por ejemplo, un esfuerzo importante no habitual o un reinicio de la actividad física tras un periodo de descanso. En ocasiones en una situación de debilidad del sistema inmunitario como un catarro se es más propenso a sufrir alguna de ellas. En esta situación no se observan cambios en las fibras del tendón solamente un pequeño engrosamiento del diámetro con el fin de adaptarse a la nueva carga.

Tendón desestructurado

Cuando la fase de recuperación en la tendinopatía reactiva falla, entramos en la fase dos. En la que se observa un tendón desestructurado, fibras discontinuas y tendón engrosado en todos los bordes. Esta fase es asintomática y solo puede verse a través de un diagnóstico de imagen (ecografía o RNM). Esta fase comienza a ser prácticamente irreversible, ya que el tendón tardaría en regenerar 7-12 años.

Tendinopatía degenerativa

Aquí avanzamos en una desorganización de la matriz y el colágeno, las células están dañadas y hay cambios en los vasos sanguíneos. Las fibras ya no están alineadas incapaces de soportar ninguna carga tensional por lo que se cree que son mecánicamente inservibles. Comienza a activarse el ciclo del dolor y con ella la activación del nervio periférico provocando la hipersensibilidad. En este punto la reversibilidad de los cambios patológicos es muy remota.

El uso de ecografías ha permitido hoy en día ver que el tendón es capaz de suplir las zonas degeneradas aumentando su tamaño para adaptarse a la desorganización. Por tanto, el engrosamiento del tendón es un resultado positivo para mantener la capacidad de soportar cargas físicas.

Las fases de la tendinopatía son continuas y no excluyentes. Las lesiones en los pacientes dependerán de la estructura, dolor, disfunción y tolerancia a las cargas. A la hora de establecer el tratamiento debemos tener en cuenta todos los factores, sobre todo la exposición a las cargas.

Tratamiento de una tendinopatía

A nivel médico los tratamientos antiinflamatorios y analgésicos están demostrando un efecto negativo en las tendinopatías, perjudicando la recuperación definitiva del tendón. El alivio del dolor es el objetivo principal del tratamiento, pero debe ser combinado con un trabajo de resistencia y coordinación para recuperar la biomecánica tendinosa.

Las cargas controladas cuyo objetivo es la coordinación consiguen un resultado clínico óptimo. Hay dos formas para ello: un programa gradual de aumento de cargas y adaptar las cargas de la vida diaria.

El programa de cargas gradual producirá un gran beneficio para la recuperación funcional del tendón. El aumento gradual de cargas ayudará en la coordinación y resistencia. La optimización de las cargas diarias será tan sencilla como respetar los tiempos de descanso del tendón. Es importante durante el proceso de recuperación tendinosa no utilizar fuerzas de impacto que provocan el efecto contrario al deseado y si utilizar técnicas de entrenamiento como la bici y elíptica que trabajan en cadenas cinéticas cerradas ofreciendo la estabilidad necesaria que el tendón necesita.

Los tratamientos específicos de la estructura tendinosa tales como inyecciones o altas cargas excéntricas resultan agravantes ya que se cree que existe poca relación entre estructura y dolor. Los tratamientos que debemos proponer tienen que presentar el objetivo de tolerar la carga de forma progresiva en la zona que esta organizada y fuerte frente a la degenerada.

En un inicio trabajaremos con ejercicios isométricos para reducir el dolor. Son aquellos en los que solicitamos la actividad muscular sin movimiento evitando así el sobresfuerzo tendinoso.

Continuaremos con ejercicios isotónicos para reestablecer la fuerza.

En una tercera fase aparecerán los ejercicios excéntricos que buscan la contracción de la musculatura durante su estiramiento. 

Finalmente se pautará una vuelta progresiva a la actividad deportiva con tiempos de descanso y respetando los ritmos del tendón y paciente.

Durante el tratamiento es aconsejable llevar una nutrición adecuada evitando aquellos alimentos inflamatorios e introducir aquellos que nos den un suplemento nutritivo adecuado.

Siempre tenemos que tener presente la prevención frente a la curación. Una práctica deportiva adecuada; descansos, estiramientos y sobre todo escucha corporal activa nos ayudarán a evitar este tipo de lesiones.

Los síntomas que aparecen en las fases de la tendinopatía o tendinitis (término incorrecto) se manifiestan en forma de un dolor crónico y continuo, una inflamación de la zona afectada, junto con la dificultad para mover la articulación. A veces, incluso, es posible que aparezca una sensación de entumecimiento o no puedas realizar el movimiento correctamente. Si sufres estos síntomas, pídenos cita y te ayudaremos a recuperar tu bienestar.